Ese famoso “tengo que pensar sobre mi futuro” dicho por Julián Alvarez al culminar la temporada con el City, donde ya se había instalado la incógnita respecto a su porvenir, no fue uno más. La duda (no tan duda por los acontecimientos posteriores) se acentuó desde París en los Juegos Olímpicos por parte de JA y terminó, de alguna manera, no agradándole al propio Pep Guardiola al escucharlo. Era claro, el oriundo de Calchín quería realizar un clic a nivel personal para recuperar algo perdido: importancia en un once titular y su cuota goleadora. Es cierto, estos dos años fueron de sumo aprendizaje para Álvarez en el City. La adaptación del fútbol argentino a la prestigiosa Premier no le resultó tan incomoda, inesperadamente. Al toque, dando cuenta de su calidad, se ganó un lugar en la consideración de Pep, pudo jugar el Mundial de Qatar, salió campeón y volvió a Inglaterra para seguir sumando conceptos, experiencia y títulos en el mejor fútbol del planeta. No solo como centrodelantero (en un mano a mano con el noruego Erling Haaland), sino también como mediapunta, por los costados, detrás del nueve o hasta arrancando en mitad de cancha. Sumó otras facetas a su juego, más allá del conocido despliegue y su virtud goleadora. 49 encuentros (2526 minutos), 17 goles y cinco asistencias registró en su primera temporada. Julián Alvarez y su nueva camiseta. La segunda temporada de Álvarez en Manchester había arrancado con un gran protagonismo. De manera accidental o inesperada por la lesión del belga De Bruyne en el segundo semestre de 2023, cosechó más minutos de la cuenta y continuó con esa polifuncionalidad al servicio de Guardiola. Le abrió puertas. Sin embargo, ya en el segundo semestre, el Araña, con una sana ambición, sintió que su aporte en cancha se fue desdibujando, especialmente en los partidos bien pesados: 33 minutos en toda la serie de cuartos de final con Real Madrid por Champions, 34 minutos en la final de FA Cup contra el United, 17 minutos en total en los últimos cuatro partidos de definición de la Premier. Perdió terreno. Y eso lo llevó a analizar cómo seguir su carrera a pesar de tener contrato con los Ciudadanos hasta 2028. Si bien esa segunda temporada arrojó una estadística final positiva de 54 encuentros (3481 minutos), 19 goles y 13 asistencias, el poco rodaje en encuentros clave y las ganas de convertirse en un hombre top dentro del área condujeron a la mudanza del cordobés a Madrid (más allá de lo familiar). Objetivos claros: cobrar preponderancia a partir de sus probadas capacidades, afirmarse en una formación titular en otro equipo con altas pretensiones y aumentar su caudal goleador por el que, por ejemplo, el City lo compró a River en 2022 (54 goles en 122 partidos). Julián Alvarez y su 19 habitual. Julián Álvarez en la tapa de Marca. Deberá adaptarse a otro fútbol (menos físico que el inglés, algo que podría beneficiarlo), a sus compañeros (vital la presencia de hombres de Selección como De Paul, Molina, Correa) y a un DT distinto a Guardiola. Simeone en este caso, con el cuchillo entre los dientes. El sacrificio está descontado. Un Cholo que lo pidió y que, a priori, lo ubicará meramente como delantero para acompañar al noruego Sorloth y al francés Griezmann. Una mayor responsabilidad personal dentro de un Atlético de Madrid que pagó una fortuna (95 palos con las variables incluidas) y que el propio Julián, ya más maduro y experimentado a pesar de sus jóvenes 24 años, intentará hacer valer. Y hacerse valer para escalar individualmente. Es un hombre de Selección y asumirá este gran desafío. Mirá también La despedida del Manchester City a Julián Álvarez Mirá también Un nuevo desafío: Julián Alvarez ya se puso la camiseta del Atlético de Madrid Mirá también Que decía el Cholo Simeone sobre Julián Alvarez hace unos años en una charla con Olé Mirá también Julián Álvarez se despidió del Manchester City con un cálido mensaje