Un año antes de empacar sus sueños en un bolso para incorporarse a las Inferiores de Palmeiras, Endrick Felipe Moreira de Sousa entendió que el fútbol no era sólo un juego sino «un camino para una vida mejor». Así se lo prometió a papá Douglas cuando lo encontró intentando esconder sus lágrimas en el sillón de su casa. «Mis dificultades nunca me hicieron pensar en rendirme. Al contrario: gracias a ellas me hice aún más fuerte y siempre traté de mejorar», le dice a Olé a sus 17 años el delantero que el 21 de julio, cuando alcance la mayoría de edad, será oficializado como refuerzo del Real Madrid. Fue en diciembre de 2022 que el club español decidió blindar al brasileño a cambio de una suma millonaria. Ocurrió luego de que se consagrara campeón y figura de la Copa Sao Paulo de Futebol Júnior con siete goles en siete partidos. Y el equipo al que siempre elegía en los juegos de PlayStation se convirtió en su futuro que, en cuestión de semanas, se transformará en presente. -¿Cómo hacés para manejar la presión que genera tu actualidad con apenas 17 años? -Está claro que la presión va creciendo: los estadios son más grandes, hay más público y el nivel de los deportistas crece con el tiempo, pero trato de prepararme de la mejor manera para poder entrar siempre al campo confiado y tranquilo de que hice todo lo que pude y que entrené lo mejor que pude. Por eso sé que todo va a estar bien. -A algunos jugadores del Real Madrid ya los conocés: son tus compañeros de selección. Vinicius, por ejemplo. ¿Te dio algún consejo? -Vini me recibió muy bien, me habló mucho de la ciudad, del club y del plantel… Y seguro que me ayudará mucho más, sobre todo en el campo de juego. Endrick, en la firma su contrato con el Real Madrid. La Copa Libertadores, la cuenta pendiente con Palmeiras Menos de dos temporadas en el primer equipo de Palmeiras le bastaron al zurdo para demostrar esa valía que forjó gambeteando los peligros de la favela de Vila Guaíra (Curitiba), el lugar al que tenía que bajar a buscar la pelota si erraba un remate cuando jugaba con sus amigos del vecindario. «El motivo por el que nos hicimos tan buenos fue que el balón siempre caía cuesta abajo y el que fallaba el gol, tenía que ir a buscarlo», contó tiempo atrás en una carta que escribió para su hermano Noah. Dos trofeos del campeonato Paulista, otro par por el torneo local y una Supercopa fueron las cinco estrellas que Endrick consiguió bordarse durante su estadía en San Pablo. Pero hay lugar para una más. Una a la que se imagina junto a sus compañeros mientras comparte costumbres en un vestuario al que también integran los argentinos Aníbal Moreno, ex Racing, y el Flaco López, quien estuvo cerca de llegar a River: «Mi relación con ellos es muy buena. Hasta empecé a disfrutar del mate porque a veces lo llevan al club». -Hace mucho tiempo dijiste que tu sueño era ganar un título en Palmeiras y lo lograste. ¿Ya cumpliste tus expectativas ahí o queda algo pendiente antes de viajar a España? -En dos años en el equipo principal gané cinco títulos, tres de los cuales fueron nacionales. Falta uno internacional. Voy a alentar a mis compañeros para que ganen esta edición de la Copa Libertadores y poder venir a buscar mi medalla. Palmeiras fue el primer integrante del Grupo F en asegurarse la clasificación a los octavos de final del certamen continental: lidera la tabla con 13 puntos, cuatro más que San Lorenzo, su escolta, al que deberá recibir el jueves en el Allianz Parque. Ese partido, que tendrá lugar a las 19 de la Argentina, será el último de Endrick con la camiseta verde y blanca. Entre Palmeiras y la selección de Brasil acumula 17 goles en 53 partidos. (EFE) La ilusión de la Copa América y el respeto por la Selección Argentina Antes de emprender su aventura en el Viejo Continente, el brasileño deberá hacer una escala en Estados Unidos para disputar la Copa América junto a su selección, en la que debutó en noviembre del año pasado. El estreno de la Canarinha será el 24 de junio ante Costa Rica en Inglewood, California. Luego tendrá que medirse ante Colombia y Paraguay para completar su participación en la primera fase. -A diferencia de otros años, la selección brasileña no vive su mejor momento. Al menos en las Eliminatorias, donde tiene siete puntos en seis partidos. ¿Qué crees que está pasando? -Es un momento de transición que se superará, por supuesto. En nuestros dos últimos títulos mundiales, en las Eliminatorias también hubo tropiezos y dudas, pero lo superamos y salimos campeones. Ya estamos recuperados, lo hemos demostrado en los amistosos en Europa. Estoy seguro de que es así. -¿Soñás con destronar a la Selección Argentina? Es la última campeona… -Siempre he trabajado para ganar con el Palmeiras y ahora trabajaré de la misma manera para ganar con el Real Madrid y con la selección brasileña, siempre que me convoquen. Si para ser campeones tenemos que vencer a la Argentina, vamos a luchar por eso. Con respeto, pero confiados. -Argentina todavía tiene a Messi, pero su presencia en el próximo Mundial no está confirmada. ¿Su salida es una oportunidad para que Brasil recupere el protagonismo? -Yo no lo veo así. Argentina siempre tuvo varios cracks y ninguno fue campeón por sí solo. Incluso sin Messi, Argentina siempre será una de las favoritas en cualquier competición. Siempre será difícil vencerla. La imagen que publicó Endrick con Messi. (Instagram: @endrick) Aunque base su carrera en «objetivos», el joven entiende que la selección de Brasil y Real Madrid son, más bien, «un sueño». Le quedó en claro la mañana en la que visitó el vestuario del Bernabeu donde Luka Modric, ese jugador al que empezó viendo por YouTube y pronto se convertirá en su compañero, señaló una camiseta y le dijo: «El número 9 y el número 10. Quién sabe… La próxima temporada, quizá te siente a mi lado». Atrás quedaron los recuerdos de mamá Cíntia ocultándose en el baño para lamentar sus carencias, a pesar de que fuera «demasiado mujer como para dejar a sus hijos sin comida». Endrick tuvo suficiente de lo que necesitaba, pero no de lo que quería. Así y todo, vivió «una infancia fantástica», porque su familia «no nació para la abundancia, sino para el fútbol». Y ahora, después de tanta lucha, puede disfrutar de ambas.