El Real Madrid suma cuatro puntos en los dos primeros partidos de Liga. El problema del equipo blanco no es tanto que se haya dejado dos puntos en Mallorca, si no la imagen que ha dado en Palma y en el Bernabéu ante el Valladolid, donde ganó por 3-0, pero sin convencer. El Real Madrid parecía un equipo invencible con la llegada de Mbappé que se suma a Vinicius, Rodrygo y Bellingham para formar el equipo ofensivo del equipo blanco. Sin embargo, en el césped, los de Ancelotti sólo han mostrado en pocos momentos toda su potencia ofensiva. Ante el Mallorca y Valladolid, el Real Madrid dejó más sombras que luces. Defensivamente, es un equipo endeble, sin solidaridad a la hora de defender de los tres de arriba. Eso provocó el enfado de Ancelotti en Mallorca y ante el Valladolid, no hubo enfado del italiano, pero sí que se vio que su equipo le falta equilibrio defensivo. Equilibrio y fútbol. En Mallorca ya se vio que sin Kroos, el Real Madrid baja muchos enteros a la hora de mover el balón con criterio y velocidad. Algo que quedó muy patente en la primera parte del duelo ante el Valladolid. Un primer acto en el que a los blancos les faltó fútbol por todos los lados y que se fueron al descanso con sólo un disparo entre los tres palos. Lee también La UD Las Palmas recibirá el jueves al Real Madrid tras 201 días sin ganar efe Real Madrid, tres partidos y dos toques de atención de Ancelotti al vestuario Manuel Bruña Ancelotti no da con la tecla para que el Real Madrid funcione. Sin Bellingham y Camavinga, lesionados, al equipo le falta ese jugador que rompe líneas, que llega desde la segunda línea para sorprender a la defensa rival. No es el papel de un Tchouaméni que, visto lo visto, es mejor central que centrocampista. Ante el Valladolid, Ancelotti apostó por Arda Güler para ejercer de mediapunta, para conectar la medular con el ataque. Valverde y Tchouaméni eran el doble pivote en una fórmula que no funcionó. En la segunda parte, el italiano retrasó a Arda Güler, adelantó a Valverde y a partir de ahí, el equipo funcionó ofensivamente, pero no defensivamente, donde Militao y Rüdiger tuvieron que multiplicarse para cortar los ataques pucelanos. Eso, y las habituales paradas salvadoras de Courtois. El Real Madrid de los nuevos galácticos no carbura en este arranque de temporada. Está demostrando que no es ni mucho invencible y que si quiere repetir título de Liga, el camino que lleva ahora mismo, no es el mejor.