Desde su llegada a Madrid en 2018, Vinicius ha contado siempre con ‘amigos’ y ‘enemigos’. Dos bandos que han ido creciendo o menguando en función de su juego que, como muestran los datos y las sensaciones, es indudable que ha mejorado considerablemente. Es por ello que, dentro del madridismo, ha logrado ganarse un hueco importante tras las salidas de Benzema, Ramos o Kroos que, por momentos, parece estar en peligro de perderlo. Y los motivos son varios. Uno de ellos es la llegada de Bellingham y Mbappé, dos jugadores que aterrizaron como estrellas mundiales y que gracias a su carisma y su buen hacer (más el del inglés que el del francés, evidentemente) han desplazado al brasileño si bien no hacia atrás, sí hacia un lado. Más sobre el Real Madrid Cristiano vs. Modric, incombustible duelo en el Portugal-Croacia Jordi Archs Carvajal responde a Vinicius: «España no es racista» Ferran Martínez Y luego, por supuesto, su ferviente lucha contra el racismo en la que sus reiterados señalamientos a España como un país xenófobo no han sido bien encajados, con razón, entre la afición blanca que, desde un primer momento, le ha apoyado siempre en esta causa. Además, tampoco hay que olvidar, el episodio de Arabia y esa supuesta oferta de 500 millones de euros que surgió a finales del pasado mercado de fichajes y que muchos vieron como un pulso a Florentino Pérez. Con todo y con eso, su figura, aún amparada por su calidad futbolística, se ha visto algo mermada también por su juego, no todo lo destacado que se espera de un futbolista que es claro candidato al Balón de Oro. Y es que el brasileño, muy importante en la temporada pasada para la conquista de LaLiga y la Champions, corre el riesgo de perder todo lo conseguido porque en el Real Madrid no vale con la excelencia sino que lo que verdaderamente importa es la repetición continua de esa excelencia.